Cómo conseguir un cuerpo alcalino
Cuerpo alcalino
es sinónimo de cuerpo sano. ¿Qué hay que hacer para lograrlo? La clave está en
tomar alimentos como el ajo o las almendras y no abusar de los que acidifican
el organismo, como el café o el chocolate. Si alcanzamos el equilibrio,
aportaremos a la sangre los nutrientes que necesita
Ejemplos de alimentos alcalinos. EFE
El
origen de la salud está en nuestra naturaleza. En concreto, en el pH de
la sangre, el índice que mide su acidez o alcalinidad en una escala del 0
al 14. ¿Cuál es el nivel idóneo? El 7,4. Pero la contaminación ambiental,
los malos hábitos alimenticios o el estrés acidifican el cuerpo y alteran este
ph. Y la sangre reacciona: roba los nutrientes que necesita del resto de
órganos vitales para compensar el desequilibro.
Enrique González, director técnico de
Bioenergía Humana (BHU) y nutricionista terapéutico, afirma que “la sangre es el director“. Siempre procurará que su índice de pH no se mueva del
7,4. “Y
si se lo ponéis difícil, ya se encargará de robar minerales para que la cifra
permanezca”. Las oscilaciones del pH de la sangre son
casi nulas (+/- 0,04), y por tanto no se suele medir. “Lo que solemos medir son otros
líquidos del cuerpo como la saliva y la orina. Si están ácidos es que están
cediendo a la sangre, y si están alcalinos no”.
¿Qué signos aparecen en el cuerpo tras el
“saqueo” de nutrientes? Cansancio,
dolores de cabeza, problemas digestivos, dismineralización de las uñas y el
cabello…“Si
pasa el tiempo y no se pone remedio, estos síntomas se convierten en
enfermedades como el cáncer”,
asegura el experto.
¿Qué diferencia a un cuerpo enfermo de uno
sano?
Pensemos en el motor de un coche. Si está ácido y oxidado, a veces cuesta ponerlo en marcha y se puede parar en
cualquier momento. Si por el contrario está alcalino y bien lubricado, tenemos la garantía de que funcionará bien por mucho
tiempo. Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo. Si se mantiene en su estado
natural, es decir, ligeramente alcalino (con el pH de la sangre por encima de
7), estará protegido frente a enfermedades. El nutricionista lo explica: “No va a tener que ceder ningún tipo de sustancia
y va a propiciar un clima poco favorable para virus y bacterias”.
En cambio, un cuerpo ácido es un cuerpo enfermo o
propenso a la enfermedad porque la sangre, las células y los órganos vitales
viven en un entorno hostil y están en peligro. ¿Y quién marca el grado de
acidez o alcalinización de nuestro cuerpo? “Los líquidos que interactúan con
la sangre en el intercambio de elementos orgánicos”, apunta el experto.
“Tenemos que trabajar para que nuestro
cuerpo esté alcalino y no ácido”. ¿Cómo?
Cuatro claves para combatir la acidez
1.
Nutrición. Somos lo que comemos, así que si quiere ser alcalino,
coma alcalino. Según González, lo ideal es “compensar con más alimentos
alcalinizantes -ricos en potasio, magnesio y/o calcio- para que el cuerpo no
tenga que sufrir robando minerales para alcalinizar la sangre”. De este modo lograremos equilibrar la cifra del ph. La
recomendación del experto es consumir menos alimentos acidificantes y más alimentos
alcalinizantes.
Alimentos
ácidos
|
Alimentos
alcalinos
|
Café
|
Patata
|
Alcohol
|
Lechuga
|
Bebidas
gaseosas
|
Pepino
|
Frituras
|
Coles
de Bruselas
|
Azúcar
refinado
|
Espinacas
|
Harina
blanca
|
Algas
|
Zumo
de frutas envasado
|
Limón
|
Chocolate
|
Bayas
de Goji
|
Mermelada
|
Aguacate
|
Leche
|
Ajo
|
Arroz
|
Té
verde
|
Carne
roja
|
Jengibre
|
Frutas
en general
|
Almendras
crudas
|
Como apreciamos en la tabla, “podemos encontrarnos con un
alimento ácido como el limón con un comportamiento alcalinizante una vez
digerido, por su aporte mineral y la ausencia de azúcares”.
2. Ejercicio físico. Un cuerpo vago o sedentario realiza sus funciones con
mucha más lentitud. González aconseja hacer deporte adaptado a la edad y el
nivel de preparación de cada uno para “mantener el cuerpo vivo”. Así se activa el metabolismo, se eliminan toxinas y el
organismo funciona bien.
3. Ducha interior. Depurar los residuos de nuestro cuerpo es imprescindible. “Los tóxicos también nos
acidifican, sobre todo si el organismo no limpia o no drena bien”, afirma el nutricionista. Por eso propone recurrir a
algunas plantas que ayuden en la labor de limpieza. Hidratarse también es muy
importante.
4. Equilibrio emocional. Mens sana in corpore sano, y viceversa. Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), la salud implica bienestar físico y psíquico, así como bienestar
ambiental y social. El estrés emocional provoca que ciertas hormonas nos
tensionen y dejen residuos en el organismo. González asegura que “necesitamos un estado de salud
mental y emocional adecuado que nos ayude a lograr un cuerpo alcalino”.
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